Un hecho de características poco habituales en la ciudad se produjo ayer, cuando dos personas se apoderaron de una mochila en cuyo interior había billetes de uso legal en la Argentina (por 440 mil pesos), 2.000 dólares y 1.500 euros, todo por un valor aproximado de 600 mil pesos. Los delincuentes habrían utilizado un sofisticado elemento que permitiría abrir las cerraduras eléctricas y desactivar las alarmas de los vehículos y se sospecha que no es la primera vez que venían a Pico a robar. En la requisa, además se secuestró un equipo de comunicación tipo ‘handy’.

La secuencia comenzó minutos antes del mediodía (11.45), cuando efectivos policiales se anotician de un robo ocurrido en la calle 26 entre 15 y 17. Allí, un hombre identificado como Gastón Marchesi estacionó su camioneta Toyota Hilux frente a una forrajería ( de punta en la subida de un garaje), ingresó al local comercial y al salir notó que le faltaba la mochila con el dinero que poco antes había retirado de la sucursal General Pico del Banco de la Nación. Aparentemente, Marchesi habría cerrado la compra de un inmueble y se aprestaba ha hacer una entrega de dinero en ese contexto.

Tras realizarse la denuncia correspondiente, la policía comenzó con la investigación, realizó un ‘operativo’ cerrojo en los diferentes accesos de la ciudad, y no tardó demasiado en tener información sumamente valiosa, porque a través de una cámara de seguridad que hay en la zona del robo (sería la del Instituto Nuestra Señora) pudo observar que los malvivientes se conducían, también, en una camioneta Toyota que, además, tenía el techo ‘ploteado’ de color negro. Seguidamente, determinaron fehacientemente cómo estaba vestido uno de ellos (remera de color negro, con vivos blancos, y pantalón de jean).

Llamativo también fue que, alrededor de las 13:30, efectivos policiales observaron que la camioneta buscada estaba estacionada frente al Restaurante ‘El Sultán’ situado en la intersección de las Rutas Provinciales 102 y 1, frente a la rotonda conocida como ‘El Aeroplano’.

Allí la policía montó un rápido operativo, que terminó con la detención de los dos sospechosos y la recuperación de todo el dinero robado, el que estaba en el interior del rodado en el que se movilizaban.

Más allá del ‘final feliz’ de la investigación, el hecho delictivo (que sería caratulado como ‘hurto agravado’, un delito relativamente menor dentro de la escala penal), muchos aspectos quedan para analizar: por un lado, no puede pasar inadvertido que los delincuentes contaban con información concreta respecto a que dentro de esa camioneta estaba la importante suma de dinero, ¿hay un entregador o ellos mismos realizaron la tarea de inteligencia dentro o en inmediaciones de la entidad bancaria, donde hay cámaras de seguridad y es una de las zonas más controladas de la ciudad?.

Otra pregunta que surge es ¿porqué los delincuentes no abandonaron la ciudad apenas cometido el robo?. Se supo que uno de ellos proviene de Junín y el otro tiene domicilio en General Arenales, también en la provincia de Buenos Aires. Ambos tienen una edad de alrededor de 45 años, se supone que pueden tener experiencia en éste tipo de hechos (quizá antecedentes penales están tratando de confirmarse), y quizá hayan supuesto que la policía iba a realizar un operativo importante, con corte de rutas incluidas.

En ese caso, ¿tan tranquilos podían estar como para estacionar un rodado que tiene ciertas particularidades a la vista de todos los que pasaran por el lugar, teniendo en cuenta que la zona es muy transitada?. ¿Tenían éstos delincuentes vínculos con personas de General Pico o simplemente vinieron a cometer un hecho ‘al voleo’?. Parece que esta última alternativa es muy poco probable.

Lógicamente la policía se debe estar haciendo todas éstas preguntas. Existe un cierto hermetismo policial y eso tiene lógica a partir de que se supo que había otros casos similares en la ciudad, tiempo atrás, y donde se había utilizado el mismo ‘modus operandi’, es decir, a gente que retiró dinero de los bancos (hace algunos meses habría habido otro caso a la salida del Banco de Galicia, donde robaron de forma similar alrededor de 200 mil pesos). Trascendió también que los damnificados aseguraron que habían cerrados sus vehículos a través de los sistemas que cada uno trae, con alarma incluida y que -por lo menos en la mayoría de los hechos- el dinero estaba en el interior de camionetas marca Toyota.

Durante el procedimiento de ayer, además del dinero, la policía secuestró un ‘handy’ y dos teléfonos celulares, los que podrían ser la punta del ovillo para determinar, pericias mediante, si tenían contactos en Pico y quienes eran esos contactos.

Testigos señalaron ayer a La Reforma, que los delincuentes no ejercieron ningún tipo de resistencia ante la detención, por el contrario, me mostraron ‘muy colaborativos’, habrían reconocido extraoficialmente ser los autores del robo y hasta habrían dicho donde estaba escondido el dinero. “Esta vez perdimos”, se escuchó decir. (Fuente gentileza: Diario La Reforma).-