Ago 11, 2021 IMPACTO INFORMATIVO Deportes, Locales, Regionales 0
Dolor en el fútbol de La Pampa generó la noticia que se conoció ayer por la tarde. Falleció el reconocido goleador de Ferro de Alvear, Josengo Pérez, un emblema del fútbol pampeano en las décadas del 60 y el 70.
Tenía 86 años.
En la imagen, se lo puede ver en una acción frente a Ferro de Realicó, marcando un gol, algo a lo que tenía acostumbrados a los hinchas verdes alvearenses.
Ayer, apenas amanecida la tarde, se nos fue ‘Josengo’ Perez. El fútbol hizo una pausa, como símbolo inequívoco de máximo respeto por su partida.
Identificado con los colores de Ferro de Alvear y con la casaca de la Liga Pampeana. Goleador sin los caprichos de las épocas. Definidor de todos los tiempos. Artillero sublime. Sus huellas quedaron marcadas para siempre en cada ‘piolín’ enroscado, cuando el arco quedaba en su mira.
De derecha o de izquierda. De cabeza. De anticipo. Apretado contra la línea de cal. A la carrera. Es que su patria era la pelota y el terreno siempre conquistado, el área de enfrente.
‘Josengo’…aquel que fue invitado a sumarse a un ‘combinado’ de la costa cuando hacía la ‘colimba’ y fue tentado por Estudiantes de La Plata. En ese verano que se las tuvo que ver con las férreas defensas de equipos grandes de Sudamérica y que les ‘llenó el ojo’ a varios. Es que era un delantero incontenible…remataba y ya levantaba la mano antes de la segura explosión en la red.
Debutó con el ferroviario alvearense en 1959, en un ‘clásico’, el día que de visitante se ganó uno a cero. ‘Josengo’, de penal y a los 25’ del segundo tiempo, arriba, en el ángulo izquierdo y cambiándole el palo al ‘Gringo’ Minetti. Fue su carta de presentación, apenas arribado del oeste bonaerense. Osvaldo Soriano diría, que fue el penal más largo del mundo.
‘Josengo’, el que hizo siete goles en un solo partido, marcando quizá un mojón difícil de superar en la historia del fútbol del norte de La Pampa.
O aquel histórico match frente a Boca Juniors, vistiendo la camiseta de la Pampeana, el 9 de Julio de 1959. Cuando Lombardo y el golero Gianbartolomei no pudieron con él y de cabeza marcó el empate transitorio. Despues, Boca ganó 2-1 sobre la hora y quedó alguna anécdota de aquel duelo épico: cuando Rattín lo amenazó con ‘una brava’, si seguía insistiendo en complicarle esa tarde que bullía a través de una multitud apasionada.
La rodilla le jugó una mala pasada y unos años despues, tuvo que correr los botines al costado cuando le quedaban muchas conquistas por delante.
El futbol quedó en su corazón, eternamente. Pero estaba el hombre del día a día, el que pintaba con los colores de la vida. El que formó una familia con Marta. Y que despues se prolongó en los hijos. Y en los nietos.
El ‘Gallego’ discutidor, el que se iba de pesca, el que era muy amigo de sus amigos. Ese que se llevó arriba, el mejor pergamino de todos: el de ‘buena gente’.
Por estas horas, en el celeste infinito, andará buscando una canchita…de esas que correteó siendo un pibe. Mientras un coro imaginario murmulla: ahí va ‘Josengo’. Seguro que llega el gol. (Fuente: lareforma.com.ar)
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